La Educación Rural en Chile se encuentra profundamente demarcada por las reformas actuales, estas reformas envían a los profesores el “currículum envasado” (objetivos transversales, contenidos mínimos, metodologías de aprendizaje y practicas pedagógicas) y lo único que le queda al profesor rural es abrir este envase y transmitirlo a los estudiantes, ese es el gran problema que hoy se ve en la educación rural, se han olvidado del desarrollo local de las comunidades rurales y de cómo una institución educativa influye en este aspecto, el colegio como edificación no es utilizado solo para los educandos, es la sede de la junta de vecinos, se utiliza para acciones recreativas en pro de la comunidad, etc., y si esta escuela deja de funcionar por falta de estudiantes dejaría de funcionar para todo lo demás, por lo tanto la escuela debe constituirse en el centro de animación para todas las decisiones y trabajos emprendidos por la población rural en pro del desarrollo local, otro problema es que por falta de oportunidades los jóvenes emigran a sectores urbanos ya que las opciones rurales quedan fuera de su vista por que son mínimas constituyéndose esto en el cierre de algunas escuelas.
Es aquí donde el rol del profesor rural debe estar más presente que nunca, este rol es de un animador, orientador, promotor y coordinador de todas las acciones conducentes al desarrollo social y humano de las poblaciones locales, el profesor tambien debe estar comprometido y capacitado para apoyar a la población en sus demandas y aspiraciones pero también debe recibir el apoyo del resto de la comunidad tanto educativa como de representantes políticos y de juntas de vecinos. El perfil del profesor rural se concibe como un docente no apegado a la rutina que genera nuevas experiencias de aprendizaje pero siempre pensando en el futuro del desarrollo de la comunidad local.
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